Cuando llegue el otoño y tengamos estas sabrosas castañas, podemos conservar en botes herméticos, preparándolas como a continuación detallaremos. Las haremos con coñac, aromatizadas además con el laurel y el romero. La receta que haremos será por cada kilogramo de castañas peladas .
Ingredientes
Por cada kg. de castañas peladas:
1 kg. de castañas
100 ml. de agua mineral
100 ml. de coñac
300 gr. de azúcar
1/2 limón
1 ramita de romero
1 hoja de laurel
sal gruesa
Elaboración
Le haremos un pequeño corte a las castañas, con un cuchillo bien afilado.
Las pondremos en una olla, cubiertas de agua, la ramita de romero, la hoja de laurel, un poco de sal gruesa. Las dejaremos cocer, durante 30 minutos, a fuego muy lento.
Con la ayuda de una espumadera, las retiraremos de la olla.
Las pelaremos, las pesaremos e introduciremos en los botes, rellenándolos, dejando 2 cm. por debajo de los bordes.
En un cazo, pondremos el agua mineral, el azúcar y la piel y el zumo del medio limón. Lo dejaremos hervir, a fuego lento, y sin dejar de remover con una cuchara de madera, hasta que el almíbar espese. Retiraremos el cazo del fuego, dejándolo enfriar.
Verteremos el coñac, removiendo bien los ingredientes.
Retiraremos la piel de limón y verteremos el contenido sobre las castañas, hasta llegar casi al borde de los botes.
Cerraremos herméticamente los botes, para ello los pondremos en una cacerola grande con agua, poniendo un paño entre ellos, para evitar que choquen con la ebullición, dejándolos durante 20 minutos. Los dejaremos enfriar en la cacerola.
Los etiquetaremos, poniendo la fecha del envasado y las guardaremos en la despensa, en lugar oscuro. Al cabo de un mes podemos disfrutarlas, pero si las guardamos más tiempo, mucho mejor, quedarán más sabrosas.