Un plato muy completo. Ahora que empezará la temporada de las habas, podremos elaborar esta riquísima receta. Aunque en el mercado podemos encontrar congeladas, por lo que podemos hacerla cualquier día del año. Un plato muy completo.
Ingredientes
Para 4 personas
2 kg. de habas. (pesadas con vaina)
8 alcachofas.
3 cebollas tiernas.
2 tomates maduros.
1 diente de ajo.
1 rebanada de pan.
3 ramitas de hierbabuena.
2 ramitas de perejil.
1 hoja de laurel.
1 pizaca de cominos.
4 granos de pimienta negra.
1 pellizco de azafrán.
agua mineral.
1 limón. (su zumo)
100 ml. de aceite de oliva.
sal.
4 huevos.
Elaboración
Retiraremos las hojas duras y las puntas de las alcachofas, cortándolas por la mitad, dejándolas en un recipiente con agua y zumo de limón, para que no ennegrezcan.
Desgranaremos las habas y las coceremos en una cazuela con un poco de agua hirviendo, durante 10 minutos.
En una sartén con aceite, freiremos la rebanada de pan, retirándola y reservándola.
En el mismo aceite, freiremos las cebollas tiernas picadas finamente.
Cuando empiecen a tomar color, agregaremos el diente de ajo picado fino.
Una vez sofrito el ajo, incorporaremos los tomates rallados, dejándolos rehogar unos 5 minutos más.
Verteremos este sofrito por encima de las habas.
Incorporaremos las alcachofas y el atadillo de hierbas (hierbabuena, perejil, laurel), añadiendo un poco más de agua mineral, hasta cubrirlas, sazonándolas con un poco de sal y azafrán.
Taparemos la cazuela, dejándola cocer, a fuego lento, durante 40 minutos, vigilando que no nos quedemos sin caldo, si fuese preciso, añadiremos más agua caliente.
Mientras tanto, machacaremos en el mortero los cominos, la pimienta negra en grano y el pan frito, diluyéndolo con un poco de caldo de la cocción.
Verteremos el majado a la cazuela, teniendo en cuenta de que la salsa nos debe quedar un poco espesa.
Pasados los 40 minutos de la cocción, rectificaremos de sal y, ayudados con 1 tacita, cascaremos los huevos, de uno en uno, y los repartiremos por encima de las habas, con mucho cuidado de no reventarlos, dejándolos cuajar.