A quien no le apetecen estos dulces pastelitos rellenos de una excelente crema pastelera. Sobre todo, cuando pasamos por al lado de una pastelería o una churrería, que los están haciendo. Desprenden un aroma que te entran ganas de comerlos.Nota.- Si queremos hacer el azúcar invertido, podemos hacerlo de la
siguiente manera: Pondremos en un cazo 1 kg. de azúcar con 300 ml. de
agua y 5 gr. de ácido cítrico (zumo de limón) y lo herviremos hasta que
esté completamente disuelto el azúcar. Lo retiraremos del fuego,
dejándolo enfriar, hasta los 50º C. entonces le agregaremos 5 gr. de
bicarbonato sódico, mezclándolo muy bien y dejándolo enfriar
completamente. Se nos formará una película blanca en la superficie. La
retiraremos y ya podemos envasarla en un tarro, para poder emplearla en
preparaciones posteriores.
Se emplea mucho en repostería y podemos mantenerla durante mucho tiempo
conservada.
Ingredientes
Ingredientes para la masa:
320 gr. de harina
2 huevos
100 gr. de leche
100 gr. de mantequilla
12 gr. levadura seca de panadería
20 gr. de azúcar
20 gr. de azúcar invertido
4 gotas de esencia de limón
1 pizca de sal
1/4 cucharadita de nuez moscada
Para la crema pastelera:
250 gr. de leche
250 gr. de leche condensada
3 yemas de huevo
1 rama de canela
1 pizca de sal
40 gr. de maizena
30 gr. de mantequilla
la piel de 1 limón
1/2 l. de aceite de oliva suave para freír
3 cucharadas de azúcar (para espolvorear)
1/2 cucharada de canela (para espolverear)
Elaboración
En un vaso, pondremos la leche y disolveremos la levadura.
En el bol, pondremos la harina, el azúcar, el azúcar invertido, los huevos, la esencia de limón, la nuez moscada y la pizca de sal, mezclándolo, sin parar.
Poco a poco, le vamos añadiendo la leche con la levadura disuelta, y por último la mantequilla en pomada, hasta conseguir una masa elástica y tierna.
La dejaremos reposar dentro del bol, tapada con un paño húmedo, hasta que casi triplique su volumen, si hace calor (en verano) en 1 hora estará lista, pero si hace frío, lo mejor es meterla dentro del horno a 30ºC., hasta que leve lo suficiente, ya que las masas tan enriquecidas tardan bastante en levar y si no se tiene mucho tiempo, un poco de ayuda, no vendrá mal.
Mientras la masa leva, prepararemos la crema pastelera. Para hacerla de la manera tradicional, tan solo hay que poner todos los ingredientes, menos la mantequilla, en una cacerola, y a fuego medio, sin parar de remover, hasta que se espese.
La dejaremos enfriar un poco, antes de meterla en la manga pastelera.
Pondremos harina sobre la mesa de trabajo y volcaremos la masa, la espolvorearemos con más harina, y la estiraremos con el rodillo, si vemos que se pega un poco, la espolvorearemos con más harina, pero debemos de tener en cuenta que es una masa tierna, pero no tiene por que ser pegajosa.
La dejaremos a menos de 1 cm. de grosor, y la cortaremos en triángulos, reservando los recortes.
Cogeremos un triángulo y con los dedos, lo aplanaremos y estiraremos un poco, y le pondremos la crema pastelera.
Encima de ésta, le pondremos un poco de masa, de forma que la crema pastelera quede tapada.
Doblaremos los extremos para dentro, y enrollaremos la masa, hasta que se termine.
Los dejaremos reposar 30 minutos, y los freiremos en abundante aceite caliente, pero no demasiado fuerte, para que les de tiempo a hacerse por dentro y cojan un bonito color dorado por fuera. Los pondremos sobre papel absorbente, para que suelten el exceso de aceite.