Esta receta típicamente portuguesa se caracteriza porque se le agrega a la salsa el piri-piri, un picante originario de África , aunque podemos prescindir de éste, si no nos gustan las comidas picantes. Pero en esta receta, en particular, le aporta un punto de calidad, muy interesante.
Ingredientes
400 gr. de bacalao desalado.
1 kg. de patatas.
3 cebollas.
3 dientes de ajo.
1 cucharadita de piri-piri. (opcional)
1 l. de salsa bechamel.
200 ml. de nata líquida.
200 gr. de queso rallado.
sal.
pimienta negra molida.
Elaboración
En un recipiente hondo, pondremos en remojo en agua, el bacalao, 24 horas, cambiándole el agua 3 veces, dentro del frigorífico.
Una vez desalado lo coceremos en agua hirviendo, durante 3 minutos. Eliminaremos la piel y espinas que pudiesen llevar. Lo desmenuzaremos y reservaremos.
Coceremos las gambas en agua hirviendo con sal y un poco de piri-piri (opcional), durante 3 minutos. Las pelaremos y cortaremos en trozos pequeños, reservándolos.
Pelaremos y cortaremos las patatas en dados pequeños.
Las freiremos en una sartén con aceite, dejándolas escurrir sobre papel absorbente.
Pelaremos y picaremos, muy fino, las cebollas y los dientes de ajo.
Freiremos las cebollas y los dientes de ajo picados, en la misma sartén y con el mismo aceite, hasta que estén dorados.
Incorporaremos las patatas fritas y el bacalao desmenuzado, rehogándolos 3 minutos.
Salpimentaremos y agregaremos las gambas troceadas.
Verteremos la salsa bechamel (ver receta), mezclándolo todo.
En una fuente de horno, pondremos el contenido de la sartén.
Repartiremos por encima la nata líquida y el queso rallado.
Lo gratinaremos en el horno precalentado, hasta que empiece a dorarse.