Estos buñuelos son verdaderamente deliciosos. Los podemos consumir a cualquier hora del día, procurando que estén recién hechos, son mucho más exquisitos. Aunque podemos freírlos con cualquier tipo de aceite, nosotros recomendamos el aceite de girasol, ya que es más neutro y no le aporta más sabores.
Ingredientes
800 gr. de calabaza ya cocida.
900 gr. de harina de trigo.
50 gr. de levadura de panadería.
1/2 l. de agua mineral de la cocción de la calabaza.
1 sobre de gasificante.
2 l. de girasol, o de aceite de oliva.
Para acompañar:
azúcar o un buen chocolate a la taza.
Elaboración
Cortaremos y pelaremos la calabaza en trozos.
En una olla, la coceremos cubierta de agua mineral de 20 a 30 minutos, hasta que este bien tierna.
La sacaremos del agua, escurriéndola y aplastándola, hasta hacerla puré, dejándola que se enfríe hasta que este tibia. El agua de la cocción la reservaremos.
En 1/2 l. del agua de la cocción, que esté tibia, deshacemos la levadura.
En un recipiente amplio, pondremos la mitad de la harina y le añadiremos el agua con la levadura, removiéndolo con la mano, hasta que esté integrada.
Añadiremos el puré de calabaza y seguiremos mezclando, hasta que este bien mezclado.
Le iremos añadiendo la harina restante, poco a poco, hasta obtener una masa que sea mas bien espesa, trabajando la masa, batiéndola con la mano unos 5 minutos más.
Añadiremos el sobre de gasificante, mezclándolo muy bien. Reservaremos la masa, tapada con papel film o con un paño, en un lugar calido, durante 30 a 40 minutos, hasta que triplique su volumen.
Pondremos abundante aceite de girasol en una sartén alta a calentar e iremos tomando porciones de la masa con una cuchara sopera, friendo los buñuelos, hasta que estén dorados, dejándolos escurrir sobre papel absorbente.
Los espolvorearemos con azúcar o podemos consumirlos con una buena taza de chocolate caliente.