Para preparar este extraordinario plato, la parte más importante es la elaboración de la salsa de tomate. Debe ser lenta y a fuego muy suave, para absorber todos los aromas que aporta el orégano. Haremos capas intercaladas de calabacín con la de tomate, cubriéndolas con el queso rallado.
Ingredientes
Para 4 personas
4 calabacines.
1 brick de tomate tamizado.
25 gr. de queso gruyère rallado.
aceite de oliva.
orégano.
sal.
pimienta negra molida.
Elaboración
Lavaremos los calabacines y los cortaremos en rodajas, friéndolas en una sartén con aceite y dejándolas escurrir sobre papel absorbente.
Rehogaremos la cebolla picada en el mismo aceite y antes de que coja color, añadiremos el tomate tamizado, sazonándolo con orégano, sal y pimienta, dejándolo cocer, a fuego suave, durante 30 minutos.
Colocaremos, en una bandeja de horno, capas alternadas de calabacín y salsa de tomate, tapándolo con papel de aluminio.
Lo coceremos en el horno precalentado a 220º C. durante 30 minutos.
Retiraremos el papel de aluminio y lo espolvorearemos con el queso rallado, gratinándolo en el horno, unos minutos, hasta que se dore un poco.