El origen de la charlota, la historia nos dice que fue de un chef de cocina llamado Marie-Antoine Carême en honor a la esposa del Zar Nicolai I, para el cual trabajaba. Consiste en un pastel en el que se emplean los bizcochos de soletilla, rellenado su interior de muchas maneras. El que haremos a continuación emplearemos el requesón, nata y nueces.
Ingredientes
Para 4 personas
2 vasos de Oporto
1 vaso de agua mineral (200 ml.)
300 gr. de bizcochos de soletilla
20 gr. de mantequilla
300 gr. de requesón
250 gr. de nata montada
2 cucharadas de azúcar
100 gr de nueces peladas
guindas confitadas
Elaboración
Verteremos el Oporto y el vaso de agua mineral en un recipiente hondo.
Sumergiremos los bizcochos de soletilla y los apretaremos suavemente, para escurrirlos.
Utilizaremos parte de ellos, para forrar las paredes y el fondo de un molde alto, untado de mantequilla.
Pondremos el requesón sobre un colador, para que suelte todo el líquido, depositándolo en un bol.
Añadiremos la nata montada y el azúcar, mezclándolo con una cuchara de madera, hasta obtener una crema homogénea.
Escaldaremos las nueces sin cáscara. Las pelaremos y picaremos finamente, añadiéndolas a la crema anterior.
Verteremos parte de la mezcla, formando capas alternativas de crema y bizcochos. La última capa será de bizcochos.
Presionaremos con las manos la última capa de bizcochos. La cubriremos con papel de aluminio y la guardaremos en la nevera, un mínimo de 3 horas.
Transcurrido el tiempo, voltearemos el molde con delicadeza, sobre una fuente redonda, decorándola con las guindas confitadas.