Otra magnífica receta, para cocinar un conejo. Nosotros lo hemos adornado también con un puñado de piñones, que le aportan un agradable sabor a montaña, si somos alérgicos a los frutos secos, nos los ahorraremos. Acompañarlo con un buen vino tinto de crianza.
Ingredientes
1 conejo
2 troncos de apio
250 ml. de caldo de carne
2 cucharaditas de alcaparras
70 gr. de olivas verdes sin hueso
400 gr. de tomates pelados
1/2 vaso de vinagre de vino
1 cucharada de azúcar
5 cucharadas de aceite de oliva
2 dientes de ajo
1 ramita de romero
sal y pimienta
30 gr. de piñones
1 cebolla mediana
Elaboración
Troceamos el conejo, lo lavamos y lo secamos bien.
Ponemos los trozos en una cazuela con 3 cucharadas de aceite, los ajos y el romero, dorándolos, a fuego vivo.
Rociamos el conejo con 2 cucharadas de vinagre, dejamos que se evapore y salpimentamos.
Bajamos el fuego, tapamos la cazuela y seguimos la cocción dando vuelta a los trozos de conejo, hasta conseguir que se doren los trozos de forma homogénea.
Vigilamos que la carne no quede demasiado seca y vamos tirando, de cuando en cuando, 1 cucharada de caldo de carne por encima.
Picamos el apio, lo hacemos hervir en agua salada durante 5 minutos y lo escurrimos bien.
Preparamos un sofrito en una sartén con aceite, con la cebolla, bien picada.
Cuando empiece a dorarse, añadimos los tomates rallados, el apio, las alcaparras, las olivas cortadas, 1 cucharada de azúcar y lo salpimentamos.
Lo rociamos todo con el resto del vinagre y lo dejamos evaporar.
Tiramos la mitad de esta salsa a la cazuela del conejo y los pìñones, lo removemos y lo dejamos cocer 5 minutos más.
Después ya lo podemos servir con el resto de la salsa por encima del conejo esparcida.