Una excelente combinación de mar y montaña, en el que el sabor de las cigalas que aportará al conejo, además de una salsa que haremos a base de frutos secos, tomate, cebolla, ajo, galletas María, combinado con el vino rancio, lo convierte en un plato realmente muy exquisito.
Ingredientes
Para 4 personas
1 conejo.
1 vasito de vino rancio seco.
1 cebolla.
150 gr.de tomate triturado.
2 dientes de ajo.
perejil.
12 cigalas.
50 gr. de almendras tostadas.
50 gr. de avellanas.
25 gr. de piñones.
1 galleta María.
aceite de oliva.
sal.
pimienta negra molida
Elaboración
Sazonaremos el conejo cortado a cuartos con sal y pimienta, la noche anterior.
En una cazuela con aceite caliente, freiremos los trozos de conejo, hasta que estén bien dorados.
Verteremos 1 vasito de vino rancio seco y dejaremos que se evapore unos segundos.
Retiraremos los trozos de conejo reservándolos.
En la misma cazuela, freiremos la cebolla picada y cuando coja color, añadiremos el tomate triturado, el ajo picado y el perejil picado.
Incorporaremos las cigalas, dejándolas rehogar unos 3 minutos.
Añadiremos los trozos de conejo, mezclándolo todo.
Verteremos 1 vaso de agua mineral caliente , dejándolo cocer, a fuego suave, durante 15 minutos, (se puede añadir un poco más de agua si fuere necesario).
Prepararemos una picada con las almendras, las avellanas, los piñones y 1 galleta María, incorporándola a la cazuela. Lo dejaremos cocer 5 minutos más.
Lo presentaremos en la misma cazuela.