Cuando nos empiece a llegar la temporada de esta fruta, normalmente, si somos un buen cliente, nuestro proveedor nos puede ofrecer fresones o fresas, que no tienen muy buena presencia, pero son ideales para hacer estas confituras. La podemos emplear para desayunos y meriendas, rellenos de pasteles y tartas, etc.
Ingredientes
Para unos 3 tarros de cristal:
1 kg. de fresones.
1 kg. de azúcar.
Elaboración
Lavaremos los fresones sobre un colador grande y eliminaremos los tronquitos y hojitas.
Los pondremos en una cazuela de barro, mezclándolos con el azúcar. Los dejaremos toda la noche, para que suden.
Retiraremos los fresones de la cazuela, reservándolos.
Pondremos la cazuela al fuego, calentando los jugos que hayan soltado los fresones, unos 5 minutos.
Seguidamente, incorporaremos los fresones, dejándolo cocer, a fuego lento, durante 25 minutos. La dejaremos enfriar en la misma cazuela.
La guardaremos en tarros herméticos esterilizados.
Si vamos a consumirla en pocos días, los pondremos en botes, bien limpios (también podemos esterilizarlos).
Los rellenaremos y cerraremos herméticamente, poniendo los tarros en una cacerola grande con agua hirviendo, poniendo entre medio de los tarros un trapo, para que no choquen entre sí, durante 20 minutos, de esta manera eliminamos el aire de su interior.
Les pondremos una etiqueta, con la fecha en la que la hemos envasado. Como que no llevan aditivos, la podemos reservar cerca de un año.