Un postre muy gratificante, con el agradable sabor de la piña, ideal para servirlo después de una buena comilona. La pondremos en el fondo del molde, para que al darle la vuelta la tengamos a la vista. La acabaremos rellenando el resto del molde con las claras montadas a punto de nueve mezcladas con las almendras molidas.
Ingredientes
Para 6 personas
250 gr. de piña en almíbar
150 gr. de azúcar molida
4 claras de huevo
150 gr. de almendras molidas
4 cucharadas de mermelada de albaricoque
250 cc. de nata montada (opcional)
Elaboración
Engrasaremos de mantequilla un molde redondo con agujero en medio y lo espolvoreamos con azúcar, colocando la piña encima.
Cada rodaja de piña la hemos cortado en 4 partes, forrando el fondo del molde.
Batiremos las claras a punto de nieve, mezclándolas seguidamente con el azúcar y las almendras molidas, con mucha delicadeza y de forma envolvente.
Meteremos el molde dentro de una cacerola llena hasta la mitad de agua, para cocinarlo al baño María dentro del horno precalentado a 240º C., procurando de que no nos entre agua.
Una vez cuajado (unos 40 minutos), introduciremos el molde dentro de la nevera.
Lo desmoldeamos sobre una fuente redonda y fría.
Si hubiese dificultad en desmoldearlo, pondremos el molde, encima de agua caliente, 1 segundo.
Una vez desmoldeado, lo pintaremos con la mermelada de albaricoque.