Un plato muy completo, donde combinamos la sabrosa carne de cordero con una variedad de hortalizas, que nos dará un resultado de sabores muy agradable.
Ingredientes
700 gr. de cuello de cordero cortado en dados.
500 gr. de chuletas de riñonada de cordero, cortadas cada una en trozos.
1 cucharada de aceite de girasol.
1 cucharada de harina.
2 tomates maduros.
2 dientes de ajo.
600 ml. de caldo de pollo.
1 hoja de laurel.
1 ramita de tomillo.
4 zanahorias mini cortados en trozos de 3 cm.
200 gr. de puerros mini en trozos de 5 cm.
200 gr. de nabos mini.
200 gr. de tirabeques.
1 manojo de perejil.
sal gruesa.
pimienta negra molida.
Elaboración
En una cazuela grande calentaremos el aceite y rehogaremos los trozos de cordero, hasta que estén dorados por todos los lados, haciéndolo por tandas si es preciso.
Cuando estén todos los trozos dorados, los volveremos a introducir en la cazuela, le añadiremos un poco de sal y la harina, rehogándolo todo durante 1 minuto más.
Añadiremos los tomates triturados, el ajo majado, seguidos del caldo de pollo, el laurel y el tomillo.
Lo llevamos todo a ebullición, retiraremos la espuma que se nos haga en la superficie, bajaremos el fuego, taparemos la cazuela, dejándolo cocer durante 40 minutos, a fuego lento.
Añadiremos las zanahorias, cortadas en trozos, los puerros troceados y los nabos, prosiguiendo la cocción durante 25 minutos más. Rectificaremos de sal y pimienta.
Finalmente, añadiremos los tirabeques, dejándolos cocer durante 7 minutos más.
Espolvoreamos con perejil picado y serviremos el plato de inmediato.