Una excelente receta en la que combinamos el arroz con la calabaza, dándole un toque aromático con el tomillo y la suma del queso. Un plato lleno de vitaminas muy grato al paladar, sencillo y económico.
Ingredientes
1,5 kg. de calabaza.
3 cucharadas de aceite de oliva.
100 gr. de arroz largo.
1 ramita de tomillo.
3 cucharadas de pan rallado.
1 manojo pequeño de perejil.
3 cucharadas de nata líquida.
75 gr. de queso de Gruyère rallado.
sal gruesa.
pimienta negra molida.
Elaboración
Cortaremos la calabaza en trozos pequeños y la ponemos a cocer en una cazuela a fuego lento, con 2 cucharadas de aceite, un poco de sal y 250 ml. de agua mineral, removiéndola con frecuencia y añadiendo más agua si fuera necesario, hasta que nos quede blanda, durante unos 30 minutos.
Mientras tanto, pondremos en otra cacerola con 1 cucharada de aceite, a fuego medio, verteremos el arroz, removiéndolo bien, para que se queden los granos empapados. Agregaremos 250 ml. de agua mineral, un poco de sal y el tomillo, llevándolo a ebullición.
Taparemos la cazuela, dejaremos cocer el arroz unos 10 minutos. Lo retiraremos, escurriremos y desecharemos el tomillo.
Mezclaremos el pan rallado con el perejil bien picado y una pizca de sal.
Chafaremos la calabaza con un tenedor, hasta obtener un puré grueso y añadiremos el arroz y la nata liquida. Mezclaremos bien todo y rectificaremos de sal.
Prepararemos una fuente de horno, engrasada con mantequilla.
Pasaremos la mezcla de la calabaza, extendiéndola de manera uniforme.
Espolvorearemos con una fina capa de queso rallado fino, seguida de una capa del pan rallado preparado anteriormente.
Lo introduciremos en el horno, previamente calentado, a 200ºC., hasta que se dore la superficie, unos 30 minutos.
Servir caliente.