Esta vez la calabaza la vamos a hacer nosotros, sin ningún efecto terrorífico. Muy sabrosa y con una presentación más divertida para estas fiestas de Halloween, en la que si podéis que participen vuestros hijos en su elaboración, disfrutarán de lo lindo. Probad esta experiencia.
Ingredientes
1 paquete de mezcla para pastel (cake) de cualquier sabor
1 paquete de queso crema Philadelphia
1/2 barra de mantequilla ablandada
4 tazas de azúcar en polvo
unas gotas de colorante para alimentos: verde, rojo y amarillo
1 cono para helado
Elaboración
Prepararemos la mezcla para el pastel, siguiendo las instrucciones del envoltorio.
La hornearemos en el horno precalentado a 180º C., en un molde acanalado con tubo central de 12 tazas de capacidad, durante unos 40 minutos.
Dejaremos que se enfríe en el molde, durante 10 minutos.
Desmoldaremos el pastel, dejándolo enfriar completamente, sobre una rejilla de metal.
Batiremos el queso crema y la mantequilla en un bol pequeño, con la batidora eléctrica, a velocidad media, hasta que quede cremoso.
Añadiremos, poco a poco, el azúcar, batiéndolo bien cada vez, hasta que esté ligero y esponjoso.
Sacaremos 1/2 taza de la cobertura anterior, colocándola en un tazón pequeño.
Añadiremos el colorante verde, mezclándolo bien y esparciremos la mitad de la cobertura verde sobre la parte externa del cono para helado, reservándola aparte. Guardaremos el resto de la cobertura verde, para usarla más tarde.
Agregaremos los colorantes rojo y amarillo, al resto de la cobertura blanca para teñirla de color naranja.
La esparciremos sobre el pastel para que parezca una calabaza.
Invertiremos el cono para helado y lo pondremos dentro del agujero que formó el tubo del molde, para que parezca el tallo de la calabaza, exprimiéndolo en sentido vertical y a lo largo de las hendiduras del pastel, la cobertura verde que reservamos.