Este pastel, aunque por el título nos daría a equívoco, no lleva nada de mermelada. Además como emplearemos levadura sin gluten, nos quedará con una textura deliciosamente esponjosa.
Ingredientes
2 naranjas de tamaño medio
3 huevos
250 gr. de azúcar lustre
1 cucharadita de levadura en polvo sin gluten
265 gr. de almendras molidas
Para la cobertura:
50 gr. de azúcar lustre
250 gr. de queso mascarpone
2 limas (su ralladura y su zumo)
azúcar en polvo sin gluten (opcional)
Elaboración
Lavaremos bien las naranjas y las colocaremos enteras, en un cazo con suficiente agua, que las cubra. Taparemos el cazo y las dejaremos cocer, a fuego lento, de 1 a 2 horas, hasta que estén totalmente tiernas. Para que la piel no quede amarga, cambiaremos el agua de la cocción 3 veces.
Untaremos un molde de 20 cm. de diámetro con un poco de mantequilla derretida y lo espolvorearemos con almendra molida.
Cortaremos un círculo de papel de hornear para la base del molde.
Cortaremos las naranjas por la mitad, retirándoles las semillas, si tuviesen. Haremos un puré con una batidora, con la pulpa y la piel.
Batiremos los huevos con el azúcar, hasta obtener una textura, ligera, pálida y suave.
Mezclaremos la levadura en polvo sin gluten con las almendras molidas, incorporándola a los huevos batidos.
Seguidamente incorporaremos el puré de naranja.
Verteremos la mezcla en el molde colocándolo en la parte central del horno, previamente calentado a 180ºC., durante 60 minutos, o hasta que, clavándole un palillo, éste salga limpio.
Lo dejaremos enfriar sobre una rejilla, retirándole el disco de papel.
Prepararemos la cobertura, mezclando en un bol, el azúcar con el queso mascarpone, la ralladura de las limas y su zumo.
Con una espátula cubriremos el pastel.
También podemos cubrirlo opcionalmente, en lugar de la cobertura de queso, con azúcar en polvo sin gluten