Como ya tenemos el otoño a las puertas, cuando empieza la temporada de caza y la recolecta de setas, pasaremos esta receta, por si tenéis la oportunidad de cocinar unas deliciosas perdices, guisadas con setas, en nuestro caso con níscalos (rovellones), aunque parece ser que este año no está empezando bien, debido a la sequía.
Ingredientes
Para 6 personas
6 perdices
2 petit suisses naturales
80 ml. de aceite de oliva
300 gr. de bacon en lonchas finas
1 cebolla
2 zanahorias
1 diente de ajo
2 hojas de laurel
1 ramito de tomillo
3 clavos de aroma
1/2 l. de vino blanco seco
300 gr. de níscalos (rovellones)
1 vaso de agua mineral
3 cucharadas de margarina
3 cucharadas de perejil picado
pimienta negra molida,
sal
250 gr. de arroz (opcional)
Elaboración
Limpiaremos bien las perdices y las salpimentaremos por dentro y por fuera, sin abusar de la sal, pues, el bacon es de por sí salado.
Rellenaremos las perdices con los petits suisses, mezclados con la margarina.
Las envolveremos con el bacon y las atarem os con hilo de cocina.
En una cacerola con aceite, las rehogaremos, dorándolas por todos los lados.
Añadiremos el vino blanco, el agua, las zanahorias troceadas, el laurel, el tomillo y los clavos. Taparemos la cacerola, dejándola cocer, a fuego medio, unos 75 minutos.
Una vez cocidas las perdices, las reservaremos en una fuente.
Los níscalos, una vez limpios y troceados, los rehogaremos en una sartén, con un poco de aceite, ajo y perejil.
La salsa de las perdices, la dejaremos reducir al fuego, a la mitad.
Retiraremos el laurel y el tomillo y la pasaremos por la batidora.
Mezclaremos la salsa con los níscalos.
Retiraremos el hilo de cocina a las perdices, quitaremos el bacon y las cortaremos por la mitad, de arriba abajo.
Servirlas bien calientes con la salsa y los níscalos por encima.