Una manera muy típica de cocinar el pollo, por las tierras sureñas de los EE.UU. de América. Para los que tengáis alergia con el aceite de cacahuete, emplead el de oliva, es además mucho más sano
Ingredientes
1,5 kg. de pollo cortado a trozos de un tamaño similar.
1 limón.
1,5 l. de aceite de oliva o de cacahuete, para freír.
Para el rebozado:
375 gr. de harina.
1,5 cucharaditas de sal.
1 cucharadita de pimienta blanca molida.
2 cucharaditas de pimentón, dulce o picante.
2 cucharaditas de mezcla para rebozado de pollo o de sal de apio.
2 cucharaditas de azúcar extrafino.
Para salsa de carne:
3 cucharadas de aceite para freír.
3 cucharadas de harina.
250 ml. de leche.
sal.
Elaboración
Pondremos los trozos de pollo en agua helada, durante 20 minutos (poner cubitos de hielo). Los escurriremos y secaremos con papel de cocina.
Prepararemos primero el rebozado, poniendo en una bolsa de plástico, la harina, la pimienta negra, el pimentón, la mezcla de rebozado o la sal de apio y el azúcar. Cerraremos la bolsa y la agitaremos bien, para que se mezclen todos los ingredientes.
Introduciremos los trozos de pollo en la bolsa, en tandas de 3 o 4 piezas, cerrándola de nuevo y agitándola bien, para que se embadurnen bien.
Una vez hemos embadurnado todos los trozos de pollo, los pondremos sobre una bandeja, dejándolos enfriar en la nevera, durante 20 minutos, sin taparlos.
Precalentaremos el horno a 180ºC., introduciendo una rejilla en la grasera.
Verteremos abundante aceite en una freidora o una sartén de fondo grueso y paredes lisas, calentándolo a 180ºC.
Freiremos los trozos de pollo en tandas de 5 o 6, introduciéndolos en la sartén con la ayuda de unas pinzas, para no quemarnos, dejándolos freír durante unos 10 minutos, hasta que estén dorados y crujientes, dejándolos escurrir sobre papel absorbente.
Pasaremos los trozos fritos de pollo a la rejilla del horno, dejándolos 20 minutos más.
Prepararemos la salsa de carne, calentando el aceite en una sartén, vertiendo la harina, hasta que se formen burbujas y no dejándola dorar.
Verteremos la leche, poco a poco, la sazonaremos con sal y la dejaremos cocer, hasta que espese y adquiera un aspecto cremoso.
Serviremos el pollo con la salsa de carne y gajos de limón