Para aquellos que les gustan los potajes, éste os agradará mucho. Un sabor potente al que la aportación de las espinacas, hacen que este sea un plato muy nutritivo.
Ingredientes
250 gr. de garbanzos. (500 gr. si son cocidos)
150 gr. de espinacas.
1 ramito de perejil.
2 dientes de ajo.
pimienta negra molida.
sal.
1 huevo duro.
2 cebollas.
1 pimiento seco o ñora.
aceite de oliva.
Elaboración
Pondremos los garbanzos a remojo, durante 24 horas.
Al día siguiente, los escurriremos y lavaremos con agua templada, echándolos en una olla con agua hirviendo y un par de cucharadas de aceite de oliva, dejándolos cocer suavemente, hasta que estén tiernos (unos 60 minutos, si los cocemos en olla exprés, emplearíamos la tercera parte).
En una sartén con aceite de oliva, rehogaremos las cebollas, picadas finamente, los dientes de ajo, pelados y enteros, y la ramita de perejil.
Lo majaremos todo en el mortero, hasta obtener una pasta que desleiremos con un poco del caldo de los garbanzos.
Escaldaremos las espinacas, bien limpias, en agua hirviendo durante 2 minutos, refrescándolas en agua fría.
Las picaremos finas y las agregaremos a los garbanzos.
Podremos en remojo, en agua caliente, el pimiento seco, y ya remojado, lo rasparemos con una cuchara, echando las raspaduras en el mortero.
Agregaremos la yema de huevo cocida y machacaremos ambas cosas, diluyéndolos con un poco de agua, vertiéndolo sobre los garbanzos.
Sazonaremos con sal y pimienta negra, dejándolo cocer despacio, hasta que quede en su punto (unos 15 minutos).