Como anteriormente hemos elaborado una tarta empleando esta salsa, que aparte de emplearla para rellenos de tartas y pasteles, tal cual podemos consumirla como un delicioso postre, parecido a una mousse, dependiendo del espesor que le demos.
Ingredientes
6 yemas de huevo.
70 gr. de azúcar.
90 ml. de vino Marsala (o vermuth dulce).
1 cucharadita de ralladura de piel de limón
canela molida.
extracto de vainilla.
Para compañar (opcional):
1 taza de crema espesa batida.
fresas.
frambuesas.
bizcochos.
Elaboración
Colocaremos las yemas de huevo y el azúcar en un tazón grande de acero inoxidable, de fondo redondo.
Añadiremos la ralladura de limón, 1 pizca de canela y 1 gota de extracto de vainilla a la mezcla de yemas de huevo.
Verteremos el vino Marsala, aunque podemos utilizar vermouth dulce como sustituto.
Llenaremos una olla con agua hasta la mitad, llevándola a ebullición y reduciendo a continuación el fuego, a bajo.
Colocaremos el recipiente que contiene la mezcla de crema sobre el agua, la parte inferior del recipiente no debe tocar el agua, con el calor que nos de el vapor de agua .
Batiremos la mezcla de crema, asegurándonos de que el agua no hierva. Esto asegura que la mezcla se espese de manera suave y uniforme.
Continuaremos batiendo durante unos 10 minutos más, hasta que la mezcla se triplique en volumen, haga espuma y se vuelva pálida.
Cuando alcancemos la consistencia deseada, retiraremos el tazón con la crema de la olla.
Continuaremos batiendo un par de minutos más, para evitar que la crema se pegue a su contenedor.
La crema, ligeramente espesa, se puede usar como una salsa.
Si se le da mayor cocción, la crema se espesará más, dándole la textura de una mousse.
Serviremos este postre mientras todavía esté caliente, o si lo preferimos frío, lo dejaremos reposar durante unos 15 minutos.
Podemos acompañarlo con crema batida, fresas, galletas o bizcochos.