Una receta que bien podemos elaborarla en épocas estivales, ya que es un plato que se consume frío. Primero marinaremos las sardinas, bien limpias de escamas, vísceras y espinas, para combinarlas con unas patatas que hemos cocido, enteras y sin pelar, para que estén más sabrosas.
Ingredientes
Para 4 personas
600 gr. de sardinas.
1 ramita de romero.
1 cucharada de pimienta negra en grano.
2 naranjas (su zumo y su piel).
1 limón (su piel).
aceite de oliva.
600 gr. de patatas.
1 vaso de vino blanco seco.
sal.
pimienta negra en grano (para la decoración).
Elaboración
Escamaremos las sardinas y las lavaremos debajo del chorro del agua fría, dejándolas escurrir.
Retiraremos las cabezas, las vísceras y las espinas centrales, abriéndolas, como si fueran un libro, dejándoles la cola, poniéndolas sobre un papel absorbente, para secarlas del todo. Las sazonaremos con sal y pimienta negra molida.
Cortaremos la piel de 1 naranja y del limón, eliminando la parte blanca de la piel, y con un cuchillo muy afilado, las cortaremos en juliana.
En una fuente honda, verteremos 1 capa fina de aceite de oliva, la mitad de la piel de naranja y de limón, unas hojitas de romero y granos de pimienta negra.
Colocaremos una capa de filetes de sardina, con la piel hacia arriba, rociándolas con zumo de naranja, repitiendo la operación, hasta terminar con todos los ingredientes, dejándolas macerar en el frigorífico, durante 4 horas.
Lavaremos las patatas y las coceremos, enteras y sin pelar, en una olla con agua hirviendo con sal, durante unos 15 a 20 minutos . Las escurriremos y pelaremos, aún calientes.
Las partiremos en trozos, colocándolas en un bol y rociándolas con vino blanco, el zumo de naranja restante y el aceite de oliva, dejándolas enfriar.
Escurriremos las sardinas de la marinada y las serviremos acompañadas con las patatas, espolvoreadas con piel de naranja y limón y granos de pimienta negra.