Como que este año, estamos teniendo una buena temporada de níscalos (rovellones), podemos preparar diferentes platos. Hoy haremos empleando sepias frescas, que cocinaremos con una buena salsa de tomate y cebolla, a la que añadiremos los níscalos, aromatizado con el tomillo y un chorrito de brandy.
Ingredientes
Para 4 personas
3 sepias frescas medianas
1 cebolla grande
1 tomate grande maduro
2 dientes de ajo
1 ramita de tomillo
1 chorrito de brandy
aceite de oliva
sal
pimienta negra recién molida
Elaboración
Le pediremos a nuestro proveedor habitual que nos limpie bien las sepias. Las cortaremos en trozos no demasiado pequeños.
Pelaremos y cortaremos la cebolla en juliana y luego por la mitad.
Rallaremos el tomate.
En una cacerola con aceite de oliva, freiremos la sepia cortada, hasta que empiece a coger color (unos 10 a 15 minutos). Salpimentaremos. La retiraremos y reservaremos.
En el mismo aceite, freiremos, a fuego suave la cebolla, hasta que esté tierna y transparente (unos 15 a 20 minutos).
Añadiremos el tomate rallado, dejándolo freír unos 5 minutos más, agregando la ramita de tomillo y los dientes de ajo pelados.
Verteremos un chorrito de brandy, dejándolo evaporar.
Pasado ese tiempo, incorporaremos los níscalos, bien limpios y troceados, los más grandes, los pequeños los dejaremos enteros, mezclándolos bien, con delicadeza, con una cuchara de madera, con el sofrito anterior. Los dejaremos cocer, hasta que hayan reducido un poco el agua que suelten, esto nos durará unos 15 a 20 minutos más. Salpimentaremos.
Agregaremos la sepia frita con los jugos que haya soltado, mezclándolo todo de nuevo. Lo dejaremos cocinar unos 5 a 10 minutos más, para que se empapen los sabores. Servir caliente.