Con un buen solomillo de buey, elaboraremos este plato. Esta carne la pondremos a macerar el día antes de cocinarla, ya que la tendremos marinando 24 horas,de esta manera el solomillo, adquirirá un sabor muy agradable.
Rehogaremos en el aceite, a fuego suave, la cebolla y las zanahorias cortadas en discos y los dientes de ajo aplastados.
Añadiremos el vino tinto, el vinagre, las hierbas, el clavo de aroma y unos granos de pimienta negra. Lo coceremos a fuego vivo hasta que se reduzca a la mitad y dejaremos enfriar.
Colocaremos el solomillo en un recipiente, cubriéndolo con la salsa anterior fría, dejándolo macerar durante 24 horas, dándole la vuelta 2 o 3 veces.
Lo escurriremos, sazonándolo con sal y asaremos en el horno precalentado a 200ºC., durante unos 40 minutos.
Pasaremos la salsa por la batidora, la calentaremos de nuevo y le añadiremos la yema de huevo mezclada con la nata, cociéndola a fuego lento, hasta que espese.
Para servirlo, cortaremos el solomillo en lonchas gruesas, acompañadas de unas patatas pequeñas hervidas y cubiertas con la salsa anterior.