Esta receta, también podemos emplear un solomillo de ternera. En la nuestra, la haremos más económica, no por ello menos sabrosa, ya que la carne de cerdo es muy sabrosa.
Ingredientes
1 solomillo de cerdo, en una pieza de unos 1000 gr.
1 bote de peladuras de trufa
1/2 cebolla
1/2 kg. de champiñones
2 paquetes de masa de hojaldre extendida
200 ml. de caldo de carne
1 yema de huevo
2 cucharadas de aceite de oliva
20 gr. de manteca de cerdo
sal y pimienta negra recién molida
Elaboración
En una sartén grande o en una asadera con aceite, doraremos el solomillo por todos los lados.
Cuando esté dorado lo colocaremos sobre un paño, para que absorba todos los jugos que suelte.
Encenderemos el horno a 200ºC.
Limpiaremos los champiñones y los cortaremos en láminas finas.
Pelaremos y picaremos fina la cebolla.
Escurriremos las peladuras de trufa, reservando el líquido en el que estaban.
En un sartén, derretiremos la manteca de cerdo y rehogaremos la cebolla, hasta que esté tierna y transparente.
Incorporaremos los champiñones, salteándolos, a fuego vivo, durante 5 minutos.
Los retiraremos del fuego y le añadiremos las peladuras de trufa, dejándolo enfriar todo.
Colocaremos el solomillos sobre la masa de hojaldre estirada.
Encima del solomillo pondremos la cebolla y los champiñones con las peladuras de trufa, envolviéndolo con el hojaldre. Con los recortes de hojaldre que nos sobre, podemos decorarlo, pegándolos con un poco de yema de huevo batida.
Haremos un agujero en el centro de la masa y pondremos un cilindro de papel de aluminio, para que salgan los vapores de la cocción.
Pintaremos todo el hojaldre con la yema de huevo batida.
Introduciremos el paquete en el horno, durante 20 minutos.
Abriremos el horno y dejaremos la bandeja en la boca del horno, dejándolo reposar, tapado con papel de aluminio, durante 10 minutos.
En el momento de servir, lo cortaremos en lonchas. Servir de inmediato.