Aprovechando las calabazas que hemos recolectado en invierno, para hacer esta suave y gustosa tarta, que elaboraremos partiendo de su pulpa y mezclada con las almendras y piñones, además de la leche y los huevos. Ideal para un buen postre o para una deliciosa merienda.
Ingredientes
600 gr. de pulpa de calabaza.
1 bote pequeño de leche condensada.
150 gr. de almendras crudas molidas.
50 gr. de piñones.
50 gr. de mantequilla.
3 huevos.
canela en polvo.
sal.
Para la pasta:
150 gr. de harina.
75 gr. de mantequilla.
1 yema de huevo.
Para acompañar:
nata montada.
Elaboración
Para hacer la pasta, mezclaremos la harina con la mantequilla en trozos pequeños, la yema de huevo y 2 cucharadas de agua mineral fría, trabajando la mezcla hasta obtener una pasta bien ligada. La dejaremos reposar 30 minutos.
Transcurrido este tiempo, la extenderemos con un rodillo y forraremos un molde de 25 cm. de diámetro.
Pincharemos el fondo con un tenedor y lo coceremos en el horno, previamente calentado a 180ºC., durante 10 minutos.
Coceremos la calabaza troceada con la mantequilla y una pizca de sal, durante 30 minutos.
Una vez cocida, la pasaremos por la batidora junto con la leche condensada y los huevos, hasta obtener un puré fino.
Incorporaremos las almendras y 1/2 cucharadita de canela en polvo, mezclándolo todo bien.
Espolvorearemos la base de la tarta con los piñones, verteremos el puré de calabaza por encima, introduciendo el molde en el horno, precalentado a 180ºC., hasta que la tarta esté cuajada, de 45 a 50 minutos.
Una vez terminada la cocción, la dejaremos que se enfríe un poco y la desmoldearemos.