Una tarta parecida a muchas de las que básicamente se elaboran empleando almendra. Aquí tenemos una manera muy peculiar de trabajar la almendra, que la hace diferente a otras recetas en las cuales se emplea directamente almendras molidas. Una tarta fina y muy exquisita.
Ingredientes
200 gr. de azúcar.
100 ml. de agua mineral.
125 gr. de almendras crudas.
8 yemas de huevo.
1 clara de huevo.
1 cucharada de mantequilla.
canela en polvo.
2 cucharadas de azúcar glas.
Elaboración
Escaldaremos 100 gr. de almendras, en un cazo con agua hirviendo. Las escurriremos y pelaremos. Las almendras restantes, las reservaremos para adornar.
En un cazo pondremos el agua mineral y el azúcar.
Cuando arranque el hervor, incorporaremos las almendras peladas, dejándolas cocer, hasta que se hayan ablandado.
Retiraremos el cazo del fuego y pasaremos todo el contenido por la batidora, dejándolo enfriar.
En un bol, batiremos las yemas de huevo y las mezclaremos con el batido de almendras.
Volveremos a poner el cazo al fuego, sin dejar de remover con una cuchara de madera, continuando la cocción, hasta que la preparación se separe de los bordes del cazo, pero sin que llegue a hervir nunca.
Montaremos la clara de huevo a punto de nieve y la mezclaremos, con delicadeza, de forma envolvente y de abajo arriba, con la crema anterior.
Untaremos un molde con mantequilla, vertiendo en él la preparación anterior.
Introduciremos el molde en el horno precalentado a 180ºC., de 30 a 40 minutos.
Desmoldaremos la tarta y la espolvorearemos, primero con la canela en polvo y luego con el azúcar glas.
Podemos consumirlo tal cual o emplearlo para alguna festividad, adornándolo con las almendras reservadas, clavadas en el centro de la tarta formando un círculo y unos caramelitos de colores.