Finísima tarta que vamos a elaborar, con esa fruta tan delicada y sabrosa, como son los albaricoques, eso sí, que estén bien maduros. Un poco laboriosa, pero vale la pena el esfuerzo que vamos a hacer, vuestros invitados lo apreciarán.
Ingredientes
750 gr. de albaricoques.
100 ml. de agua mineral.
500 ml. de yogur natural.
125 gr. de queso fresco cremoso.
150 gr. de azúcar.
3 huevos.
9 hojas de gelatina.
Para la decoración:
gajos de albaricoque.
galletas desmenuzadas.
hojas de menta fresca.
Elaboración
Pelaremos los albaricoques (si queremos, podemos dejarlos sin pelar), los deshuesaremos y cortaremos en gajos.
Los pondremos en un cazo con 100 ml. de agua mineral y 2 cucharadas de azúcar, cociéndolos, a fuego suave y tapados, hasta que estén tiernos, pero no deshechos (unos 15 minutos). Los escurriremos y reservaremos el caldo de la cocción.
En un bol grande, batiremos las yemas de huevo con el resto del azúcar, hasta que estén blancas y espumosas.
Incorporaremos las hojas de gelatina, que hemos tenido en remojo en agua fría y escurrida, disueltas en el caldo reservado de los albaricoques, mezclándolas rápidamente.
Agregaremos el yogur natural y el queso cremoso, volviéndolo a mezclar.
Finalmente añadiremos las claras de huevo montadas a punto de nieve, delicadamente y de forma envolvente.
Incorporaremos los gajos de albaricoque, reservando algunos para la decoración.
Verteremos la mezcla en un molde desmontable, reservándolo en la nevera, hasta que esté totalmente cuajada la tarta (unas 3 horas. Mejor prepararlo la noche anterior).
Lo desmold aremos sobre una bandeja de servir, decorándola con los gajos de albaricoque reservados, galletas desmenuzadas y unas hojas de menta fresca.