Un entrante suave, muy agradable y aromatizado. Su presentación también es muy vistosa, pero lo más importante es la variedad de sabores.
Ingredientes
400 gr. de tomates maduros.
500 ml. de agua mineral.
6 hojas de gelatina.
1 cubito de caldo vegetal.
4 lonchas finas de jamón serrano.
800 gr. de lonchas muy finas de queso parmesano.
2 cucharadas de albahaca picada.
2 cucharadas de cebollino picado.
2 cucharadas de estragón picado.
2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
1 cucharada de vinagre de vino.
sal.
pimienta negra molida.
Para decorar:
hojas de albahaca.
Elaboración
Calentaremos en un cazo 500 ml. de agua mineral, junto con 1 cubito de caldo vegetal, llevándolo a ebullición.
Retiraremos el cazo del fuego y añadiremos las hojas de gelatina, que previamente hemos hidratado y escurrido, en agua fría, disolviéndolas enérgicamente, dejándolas entibiar.
Escaldaremos los tomates en una olla con agua hirviendo, durante unos segundos. Los pelaremos y eliminaremos las semillas.
Los cortaremos en dados y dejaremos que reposen sobre un colador, para que desprendan todo el líquido que lleven.
A continuación los mezclaremos con las hojas de albahaca, el cebollino y el estragón, muy picados.
Los rociaremos con el aceite de oliva y el vinagre, sazonándolo con sal y pimienta negra, mezclándolos con delicadeza.
Rellenaremos un molde de plum-cake con capas alternas de la mezcla de tomate y hierbas, láminas muy finas de queso parmesano y lonchas de jamón serrano, vertiendo por encima la gelatina preparada anteriormente, nivelando la superficie.
Introduciremos el molde en la nevera, hasta que esté totalmente cuajado, de 3 a 4 horas (mejor prepararlo la noche anterior).
Desmoldaremos la terrina y la cortaremos en lonchas gruesas decorándolas con hojas de albahaca.