Sencilla y sabrosa. Tan solo tenemos que cortar las pechugas en tiras finas, que pondremos a macerar ligeramente con la salsa de soja. Después las rebozaremos con una mezcla de claras de huevo, batidas a punto de nieve, y maicena. Las freiremos y nos las vamos a comer, como si fueran pipas, pues entran como si nada.
Ingredientes
Para 4 personas
2 pechugas de pollo en filetes
4 cucharadas de salsa de soja
2 claras de huevo
2 cucharadas de maicena
aceite para freír
sal
Elaboración
Lo primero que haremos es sazonar con sal y pimienta el pollo, cortado en finas tiras.
Después, las cubriremos con la salsa de soja, durante un tiempo máximo de 2 minutos, para que coja el gusto de la soja. Si el tiempo fuera excesivo, cogería demasiado sabor y la carne se ablandaría.
Batiremos las claras de huevo, con la ayuda de una batidora, hasta que estas queden a punto de nieve.
Las mezclaremos con la maicena, de forma envolvente, hasta que todo quede bien ligado y no quede ni un solo grumo.
Una vez que hayamos escurrido el pollo de la salsa de soja, lo rebozaremos con la mezcla anterior.
Las retiraremos y freiremos en una sartén con abundante aceite caliente, con cuidado de que no se peguen unas con otras.
Luego, las retiraremos de la sartén, dejándolas escurrir sobre papel de cocina, para eliminar el exceso de grasa.