Esta receta, podemos aderezarla de muchas maneras. En esta obtendremos unos tomates picantes, pero si queremos darles más sabor, podemos sustituir las guindillas, por más hierbas aromáticas, como el tomillo, el romero u otros ingredientes como los dientes de ajo. Los emplearemos para acompañar ensaladas. Vereis que sabor más agradable lograremos.
Ingredientes
200 gr. de tomates secos
aceite de oliva virgen extra
pimienta negra en grano (al gusto)
guindilla cayena (al gusto)
orégano (al gusto)
Elaboración
En un cazo pondremos agua a calentar y justo cuando vaya a romper a hervir lo retiramos.
Añadiremos los tomates secos y los dejaremos unos 20 minutos, para que se hidraten.
Pasado ese tiempo los sacaremos, escurriremos y los secaremos con papel de cocina.
En un bote de vidrio (previamente esterilizado en agua hirviendo) iremos añadiendo los ingredientes al gusto.
Nosotros hemos colocado primero 1 capa de tomates secos, 1 cucharada de orégano, 1 puñadito de pimienta negra en grano y otro de guindillas cayenas.
Los cubriremos con aceite de oliva virgen extra y volveremos a repetir la operación, hasta terminar con todos los tomates secos.
Si le añadimos más pimienta y guindilla, saldrán más fuertes, lo iremos probando, hasta que les cojamos el punto, a nuestro agrado.
También podemos añadirle otros ingredientes como dientes de ajo pelados y sin pelar, cualquier otra hierba (albahaca, tomillo, romero, etc.) o lo que se nos ocurra.
Dejaremos el bote a temperatura ambiente al menos una semana, pero si esperamos dos, mejor, así tendrán más sabor.
Es muy importante que los ingredientes queden completamente cubiertos con el aceite, ya que si no podría salir moho.