En otoño es cuando salen los níscalos en el monte y si es una buena temporada es una gozada irlos a buscar. Con ellos se elaboran diferentes platos, dándoles un sabor a bosque. Por eso si tenemos muchos tenemos varias maneras de conservarlos y ésta es una de ellas. En ensalada están deliciosos y como aperitivo; en una tostada con queso, con aguacate, con tomate... es cuestión de dejar ir nuestra imaginación.
Ingredientes
300 gr. de níscalos
2 dientes de ajo pelados
2 hojas de laurel
1 ramita de tomillo
orégano
pimienta negra en grano
200 ml. de vinagre de vino blanco
200 ml. de aceite de oliva virgen
sal
Elaboración
Lavaremos los níscalos.
Pondremos una cazuela al fuego y cuando empiece a hervir le añadiremos una cucharada de sal y escaldaremos los níscalos durante 3 minutos. Los escurriremos y los reservaremos.
En un bote de vidrio pondremos las hierbas, los granos de pimienta, los ajos y los níscalos. Si los níscalos son pequeños los dejaremos enteros, si son grandes los trocearemos.
Le pondremos el vinagre y el aceite al 50%. O sea la misma cantidad de vinagre que de aceite de oliva hasta cubrir los níscalos y lo dejaremos macerar 2 o 3 días.
En 12 h. ya los podemos poner en alguna ensalada, pero si es para comerlos en un aperitivo o vermut es mejor que estén mas tiempo para que absorban el sabor de la vinagreta.
Los dejaremos en un sitio fresco.
Si nos interesa conservarlos más tiempo, pondremos los botes al baño María durante 15 minutos; así nos aguantarán varios meses.