Otra variante de ajoarriero, donde el bacalao es el principal ingrediente, siempre desmenuzado y que esta vez lo combinaremos con unos langostinos. Un buen txacolí, para acompañarlo, no estaría mal.
Ingredientes
Para 8 personas
1.600 gr. de bacalao desalado, sin espinas.
800 gr. de langostinos pequeños.
2 cebollas.
10 pimientos del piquillo.
8 pimientos verdes.
300 ml. de salsa de tomate.
6 dientes de ajo
guindilla al gusto
1/2 l. de aceite de oliva extra de 1º
2 cucharadas soperas de harina.
1 cucharada de perejil picado.
sal.
Elaboración
Escurriremos completamente el bacalao y lo secaremos con un paño limpio, apretando para que no quede nada de agua. Cortarlo en tiras.
Colocaremos una cazuela, a fuego vivo, con 1/4 l. de aceite de oliva, las cebollas finamente picadas y la guindilla en trozos. Remover constantemente con una cuchara de madera, hasta que vaya a empezar a tomar color, momento en el que incorporaremos 6 pimientos verdes, finamente picados y 4 dientes de ajo también muy picados.
Tenerlos unos 3 minutos, hasta que veamos que estén un poco hechos, bajaremos el fuego a suave y le añadiremos la harina dando un par de vueltas rápidas.
Entonces incorporaremos las tiras de bacalao y parte de la piel con la parte oscura hacia abajo (esto lo hacemos, para que suelte algo más de gelatina) dejándolo cocer durante 3 minutos.
Transcurrido el tiempo, retiraremos las pieles y añadiremos la salsa de tomate.
Pondremos una sartén, a fuego vivo, con 100 ml. de aceite de oliva.
Cuando esté caliente, incorporaremos 2 pimientos verdes, manteniéndolos en la sartén, hasta que se ahuequen.
Los dejaremos templar al calor para retirarles la piel y cortarlos en tiras, después las rehogaremos en una sartén colocada a fuego medio con 100 ml. de aceite y 1 diente de ajo pelado.
Saltearemos los langostinos en una sartén, a fuego vivo con unas gotas de aceite y 1 diente de ajo, dándoles vuelta y vuelta.
Los agregaremos a la cazuela que contiene el bacalao, que tendremos fuera del fuego, los pimientos verdes, los langostinos pelados y troceados y los pimientos del piquillo, repartiendo por igual, dejándolos reposar.
Rectificaremos de sal, si fuese necesario.
Lo volveremos a calentar en el momento justo de servir, zarandeando la cazuela para que ligue, espolvoreándolo con el perejil picado.