Un postre muy exquisito, en el que la mandarina será la que nos aportará ese agradable sabor de cítricos. La dificultad que podemos tener, es al mezclar, tanto la nata montada como las claras de huevo montadas a punto de nieve. Siempre los haremos de forma envolvente y de abajo arriba, para que no se nos baje el volumen.
Ingredientes
Para 4 personas
25 gr. de mandarinas
85 gr. de jalea granulada de mandarina
25 cc. de jugo mandarina
250 gr. de nata montada
1 vaso de leche
2 claras de huevo a punto de nieve
2 yemas de huevo
250 gr. de azúcar
1 copa de coñac o de whisky (opcional)
Elaboración
Pondremos en un cazo, las yemas de huevo y la mitad de la leche, a fuego suave, removiéndolas con una cuchara de madera.
Cuando la mezcla se pegue a la cuchara, la retiraremos del fuego, dejándola enfriar.
Le añadiremos la gelatina disuelta en agua fría, el zumo de las mandarinas y el resto de la leche, mezclándolo todo muy bien. Dejarla a temperatura ambiente.
Las claras de huevo las batiremos a punto de nieve con la mitad del azúcar, mezclándolas con el resto de la mezcla anterior, con mucha delicadeza, de forma envolvente.
Le añadiremos la nata montada con sumo cuidado, moviendo muy despacio para que no se baje, también de forma envolvente.
Untaremos un molde con mantequilla, verteremos la crema y introduciremos en la nevera.
Con el resto del azúcar, haremos un caramelo y le añadiremos 1 copa de coñac o whisky, según gustos (opcional) y se ponen los gajos de mandarina dentro del caramelo, dejándolas cocer, durante 10 minutos, a fuego muy suave.
Lo desmoldeamos y la serviremos, adornándola con las frutas cocidas en la salsa de caramelo.