Mirad que hay multitud de recetas para elaborar unos buenos lomos de bacalao. Esta es una de las que a mí personalmente me encanta. Solo hay que tener mucha paciencia para elaborar un buen pil-pil. El secreto es el inicio de esta receta, el de sofreír primero los ajos laminados y posteriormente dejar templar el aceite, una vez retirado y reservado éstos. Después, si hemos dispuesto de un buen bacalao, de calidad, y sobre todo, mucha paciencia, obtendremos un delicioso pil-pil. No dejéis de acompañarlo con un buen vino blanco.
Ingredientes
Para 4 personas
8 lomos de bacalao, remojado y desalado
3 dl. de aceite de oliva
5 dientes de ajo
2 guindillas
Elaboración
Desalaremos previamente el bacalao, poniéndolo en remojo en el frigorífico, durante 48 horas, cambiándole el agua al menos 3 veces. Quitar las espinas (si llevase) y secar con un paño limpio.
Poner una cazuela, a fuego medio, y verter el aceite.
Añadir los dientes de ajo laminados y las anillas de guindilla. Cuando empiecen a tomar color, se retiran y reservan.
Se quita la cazuela del fuego y se deja templar el aceite.
Colocaremos en la cazuela con el aceite templado, los trozos de bacalao, con la piel hacia arriba. Es muy importante que el bacalao esté seco, en caso contrario empezará a saltar el aceite.
Se pone nuevamente al fuego la cazuela. El bacalao se cocerá suavemente, (nunca freír), durante unos 5 minutos.
Retiramos la cazuela del fuego y se pasa el bacalao a otra cazuela, siempre con la piel hacia arriba.
Se añaden 2 cucharadas del aceite en el que acabamos de cocer- freír el bacalao, dejándolo fuera del fuego, unos 3 minutos, para que sude el bacalao.
Ponemos, a fuego suave, la cazuela con el bacalao y antes de que empiece a hervir se retira fuera del fuego.
Movemos constantemente en círculo la cazuela, para que empiece a ligar la salsa. Ha de hacerse sin brusquedades.
A medida que se va ligando la salsa, iremos añadiendo cucharadas del aceite en el hemos cocido-freído el bacalao. Siempre fuera del fuego.
Si se enfriara, se acercaría, solo para que conserve la temperatura templada, a la que se ha de montar.
La salsa se cortaría si hirviera (muy importante).
Servir con la piel de los lomos hacia arriba y cubierto parcialmente de la salsa.
Encima de cada lomo se colocan las láminas de ajo y anillas de guindilla, que teníamos reservadas.