El bacalao es un pescado que podemos cocinarlo de muchas maneras. Esta receta en concreto en el que vamos a escabechar, os gustará mucho. Tiene poca dificultad y de costo, dependerá de la parte del bacalao que compréis, pero si queréis hacerme caso, comprar de la parte de morro, más carne y sin espinas.
Ingredientes
Para 4 personas:
800 gr. de bacalao desalado.
1 cebolla grande
125 gr. de harina.
2 dientes de ajo.
2 hojas de laurel.
1 cucharadita de granos de pimienta negra.
1 naranja (su corteza).
500 ml. de vinagre blanco.
aceite de oliva.
Elaboración
Cortaremos el bacalao en 4 trozos y lo remojaremos durante 6 horas, cambiando el agua cada 2 horas.
Una vez esté desalado, le quitaremos la piel y las espinas y lo cortaremos en otros 4 trozos (8 en total).
Calentaremos unas 2 tazas de aceite de oliva en una sartén grande, a fuego suave.
A continuación echaremos la harina en un plato y rebozaremos los trozos de bacalao, cuidando que queden bien cubiertos de harina en su totalidad.
Cuando el aceite esté caliente los freiremos ligeramente, sin llegar a tostarlos (unos 3 minutos) y los reservaremos.
En una cazuela mediana pondremos 1/2 taza de aceite de oliva (aprovechar el que hemos empleado, filtrado), poniéndola al fuego a calentar.
Mientras, cortaremos muy fino los dientes de ajo y la cebolla.
Cuando el aceite esté caliente, rehogaremos, durante 3 minutos el ajo y la cebolla. Luego añadiremos el vinagre, las 2 hojas de laurel, la corteza de naranja (sin la piel blanca) y los granos de pimienta negra, dejándolo cocer, a fuego suave, durante 10 minutos. Retiraremos la cazuela del fuego, dejándola enfriar completamente.
Finalmente, pondremos el bacalao en un envase hermético de vidrio que disponga de tapa.
Vertemos la salsa fría por encima, cuidando que el bacalao quede cubierto y lo taparemos, dejándolo varias horas, hasta que absorba el sabor de la salsa.
Mejor preparar lo el día anterior.
Podemos consumirlo caliente o tibio.