Fenomenales, es la definición que le podemos dar a estos canelones. Los hemos elaborado con muchos rellenos, pero el de esta receta, os encantará, ya que vamos a combinar el lacón con el f oie-gras y unos excelentes boletus, que aromatizarán el relleno.
Ingredientes
Para 4 personas
20 láminas para canelones.
500 gr. de lacón asado.
100 gr. de boletus (ceps o setas de calabaza).
1 lata de foie-gras
1 l. de salsa bechamel. (ver receta)
1 cebolla mediana.
mantequilla.
sal.
aceite de oliva.
Elaboración
En una cazuela grande con agua, coceremos las láminas para canelones, sin que se peguen, incorporándolas cuando el agua hierva, con 1 chorrito de aceite, otro de vinagre y abundante sal, siguiendo las instrucciones del fabricante.
Cuando estén al dente, los sacaremos y enfriaremos en agua fría, extendiéndolas sobre un paño húmedo, así se conservan.
Prepararemos una salsa bechamel poco espesa y la reservaremos para el final (ver receta en esta web).
Prepararemos un sofrito de cebolla, bien picada, en una sartén con mantequilla y antes de que se dore, agregaremos los boletus picados (si empleamos boletus secos, los hemos tenido en remojo, durante 3 horas), salteándolos un poco.
Desmenuzaremos, sobre todo ello, el lacón asado.
Fuera del fuego, incorporaremos el foie-gras, amasándolo y formando una farsa que dejaremos enfriar, para que se compacte.
Con una cuchara, iremos tomando porciones de la farsa de carne, poniendo montoncitos sobre cada canelón.
Luego los enrollaremos y colocaremos en una bandeja de horno untada de mantequilla, bien ordenados y sin que se toquen entre sí.
Seguidamente, los cubriremos con la salsa bechamel.
Batiremos 1 huevo con mantequilla fundida y con esta mezcla, pintaremos toda la superficie.
Los introduciremos en el horno precalentado a 200º C. y los dejaremos gratinar, hasta que adquieran un bello color dorado.
También podemos espolvorearlos con queso rallado, quedan más sabrosos, pero dependerá de los gustos de los comensales.
Estos canelones, también los podemos preparar el día anterior, reservándolos en la nevera, tapados con papel film, para que no cojan sabores.