Delicioso entrante, digno de uno de nuestros menús, para estas fiestas y despedir o empezar el año nuevo. Nota: Las hojas de rábano deberán ser muy verdes, puesto que, si no lo son, son muy amargas.
Ingredientes
Para 4 personas
400 gr. de filete de salmón crudo.
8 rábanos grandes con sus hojas.
1 pepino pequeño.
1 limón.
flor de sal.
Para la salsa:
2 dientes de ajo grandes.
4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
2 cucharadas soperas de zumo de limón.
sal.
pimienta negra, recién molida.
Elaboración
Colocaremos 4 platos y el filete de salmón en el congelador, durante 10 minutos.
Limpiaremos los rábanos y les quitaremos los tallos y las hojas.
Lavaremos y escurriremos las hojas, y cortaremos la mitad en trocitos.
Pelaremos el pepino con un rallador, quitando una banda de piel de forma alternada, que nos quede una línea que se vea la piel y otra blanca.
Pelaremos los dientes de ajo.
Lavaremos y secaremos el limón.
Cortaremos el pepino, los rábanos, los dientes de ajo y el limón, en rodajas muy finas, con un cuchillo fino, bien afilado.
En un bol, mezclaremos el aceite de oliva, el zumo de limón, las rodajas de ajo, la sal y la pimienta negra recién molda, batiéndolo enérgicamente, hasta obtener una salsa homogénea. La dejaremos a temperatura ambiente.
Retiraremos el filete de salmón del congelador y los cortaremos en láminas muy finas, con un cuchillo muy fino y afilado.
Repartiremos las láminas de salmón en los platos, que hemos sacado del congelador, muy fríos.
Pondremos sobre las láminas de salmón, las rodajas de pepino y de limón, colocando alrededor los rábanos, decorándolo con las hojas de rábano picadas.
Aliñaremos los platos con la salsa anterior, repartiendo bien las láminas de ajo y esparciendo por encima la flor de sal.