La carne que encontramos en las carrilleras, es la más tierna y sabrosa, son los músculos que están en los lados de la cabeza. Al ser gelatinosos contribuye a darles más untuosidad. Encima, en la elaboración de esta receta, el aporte aromático que la da la vainilla, añade nuevos matices sin ocultar el sabor de las carnes. Las acompañaría con un buen vino tinto de reserva, el plato se lo merece.
Ingredientes
4 carrilleras de ternera
3 cebollas grandes
4 dientes de ajo
200 ml. de vino oloroso de jerez
1/2 rama de vainilla
1 cucharadita de granos de pimienta negra
8 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra
sal
1 l. de agua mineral
Para acompañar:
Puré de patata (opcional)
Arroz blanco hervido (opcional)
Elaboración
Pelaremos y cortaremos las cebollas en láminas.
En una cazuela grande con aceite de oliva, pocharemos las cebollas y los dientes de ajo, pelados y enteros, a fuego suave, removiéndolos con frecuencia, hasta que tomen un color de caramelo y la cebolla esté tierna.
Añadiremos el vino oloroso, los granos de pimienta negra, la media rama de vainilla, abierta por la mitad a lo largo, y las carrilleras, manteniéndolas, a fuego vivo, durante unos 5 minutos.
Verteremos el agua mineral y lo sazonaremos. Taparemos la cazuela y las dejaremos cocer, a fuego suave, durante 2 a 3 horas, hasta que estén tiernas. Si las cocinamos en una olla rápida emplearíamos la tercera parte del tiempo, ahorrándonos energía.
Cuando estén tiernas las carrilleras, las retiraremos de la cazuela y las filetearemos, colocándolas en una fuente de servir, reservándolas en caliente (el horno por ejemplo).
Retiraremos la rama de vainilla de la cazuela, desgrasaremos la salsa, raspando el fondo de la cazuela y la pasaremos por el chino, educiéndola en un cazo al fuego, si vemos que nos queda demasiado líquida.
Serviremos las carrilerras salseadas con lasalsa anterior.
Podemos acompañarlas con un puré de patatas o con arroz blanco hervido.