Un guiso perfecto, donde la mezcla de la carne de conejo con los caracoles, junto con esa salsita un punto picante, vamos a lograr un plato muy sabroso, muy de montaña.
Ingredientes
1 conejo.
1 kg. de caracoles.
2 cebollas.
2 tomates maduros.
4 dientes de ajo.
hierbas aromáticas (laurel, tomillo, orégano).
2 guindillas.
1 ramita de canela.
1 cucharada de harina.
2 cazos del caldo de la cocción de los caracoles.
sal.
pimienta negra molida.
aceite de oliva.
Para la picada:
2 carquiñolis
1 copa de vino blanco seco.
50 gr. de almendras tostadas.
Elaboración
Lavaremos bien los caracoles, dándoles varias aguas y los pondremos en una olla alta, con agua fría, 1 ramita de tomillo y sal, a fuego fuerte, hasta que arranque el hervor, bajaremos el fuego, a fuego medio, dejándolos hervir durante 20 minutos, con esta forma de prepararlos, veréis como nos quedan bien engañados. Al principio, debemos vigilar que no se salgan de la olla y luego los iremos espumando.
Cortaremos el conejo en trozos, los salpimentaremos y pasaremos por harina, dorándolos ligeramente en una cazuela con aceite de oliva, reservándolos aparte.
Con el mismo aceite del sofrito del conejo, pocharemos la cebolla picada, el tomate rallado, las guindillas, los dientes de ajo, pelados y enteros, las hierbas aromáticas, la ramita de canela y 1 cucharada de harina, sazonándolo con sal y pimienta negra.
Luego incorporaremos los caracoles y 2 cazos del caldo de la cocción de los caracoles y el conejo reservado, dejándolos cocer, a fuego lento, durante 30 a 45 minutos aproximadamente, hasta que el conejo esté tierno.
Unos 10 minutos antes de que esté terminada la cocción, añadiremos una picada de almendras, carquiñolis y 1 copa de vino blanco.
Presentar en la misma cazuela.