Hemos preparado este plato de sabor, muy popular, de mar y montaña. Con una forma muy particular en su elaboración, ya que vamos a emplear una buena cantidad de cebollas con las que cubriremos el conejo y con el colofón de las gambas, que si son frescas y además de Palamós, mucho mejor.
Ingredientes
Para 4 personas
1 conejo de 1,5 kg. aproximadamente
12 gambas grandes frescas
8 cebollas de Figueres
1 cabeza de ajos
1 cucharada de manteca de cerdo
aceite de oliva extra virgen
tomillo fresco
1 hoja de laurel
pimentón dulce
vino blanco seco
vinagre de vino blanco
sal
pimienta negra molida
Elaboración
Pelaremos y cortaremos en juliana la cebolla.
Cortaremos el conejo en trozos regulares (este paso lo puede hacer nuestro proveedor habitual). Los salpimentaremos.
Calentaremos una cazuela, cuando esté caliente, cortaremos la cabeza por la mitad y con cada mitad frotaremos el fondo de la cazuela, hasta que tome color.
Dejaremos las mitades en la cazuela y añadiremos la cucharada de manteca de cerdo y un chorrito de aceite de oliva, así no se nos quemará la manteca.
Haremos un ramito con el tomillo, agregándolo a la cazuela.
Cuando esté todo caliente, incorporaremos los trozos de conejo, dorándolos ligeramente.
Añadiremos la hoja de laurel.
Cubriremos el conejo con la cebolla cortada en juliana. Taparemos la cazuela y la dejaremos cocer a fuego lento, durante 60 minutos. El conejo y la cebolla se irán cociendo con el agua que suelten. No hay que removerlos. Cuando la cebolla adquiera el color de caramelo, ya estará listo.
Poco antes de servir, prepararemos las gambas. Las pelaremos dejando las cabezas y las colas.
En un cazo con un chorro de aceite de oliva, pondremos las pieles de las gambas. Cuando esté caliente, añadiremos el pimentón, sin dejar de remover.
Verteremos un chorro de vino blanco seco, dejándolo evaporar, sin dejar de remover y bajando un poco el fuego.
Añadiremos un chorrito de vinagre de vino blanco. Cuando se haya reducido, lo taparemos y dejaremos cocer 5 minutos más.
Colaremos el contenido del cazo y regaremos por encima al conejo.
Salaremos las gambas y las marcaremos ligeramente en una sartén con un poco de aceite de oliva, vuelta y vuelta. Las repartiremos por encima del conejo.
Serviremos este plato, recomendando a nuestros comensales que aplasten las cabezas para que sus jugos den más sabor al conejo, un mar y montaña.