Una excelente combinación, un plato netamente montañés, donde se refleja el sabor del otoño, donde la caza, las setas y un buen puñado de caracoles os harán las delicias. Recomiendo que lo acompañéis con un buen tinto de reserva del Priorat.
Ingredientes
1 conejo.
3/4 kg. de rovellones, limpios y troceados (níscalos).
2 docenas de caracoles cocidos.
2 docenas de almendras crudas.
250 gr. de tomate rallado.
aceite de oliva.
sal.
pimienta negra molida.
1 hatillo de hierbas aromáticas (tomillo y romero).
1 cucharadita de pimentón dulce.
1 l. de agua mineral.
Elaboración
En una cazuela con aceite de oliva, pondremos a freír el conejo troceado previamente salpimentado, dorándolo muy bien.
Cuando esté dorado, añadiremos las almendras machacadas en un mortero.
Sin dejar que estas se quemen, agregaremos el tomate rallado, sofriéndolo un poco.
Añadiremos el pimentón dulce, removiéndolo bien.
Finalmente agregaremos el agua mineral y el hatillo de hierbas aromáticas, dejándolo cocer, hasta que el conejo esté tierno (unos 45 a 60 minutos).
Cuando el conejo esté tierno, incorporaremos los rovellones y los caracoles cocidos, removiéndolos continuamente, provocando que suelten el agua, a fuego medio.
La salsa nos debe quedar espesa, si no es así, podemos añadirle un poco de maizena o dejarlo más tiempo cociendo.
Presentar en la misma cazuela.