Cualquier ocasión es buena para tener unas galletas hechas por nosotros, naturales, sin aditivos y con un sabor único. Para merendar o para desayunar son excelentes. Nuestros hijos se merecen lo mejor y por eso es bueno darles productos sanos.
Ingredientes
100 gr. de azúcar moreno
100 gr. de mantequilla temperatura ambiente
300 gr. de harina
1 cucharada de levadura en polvo
3 cucharadas de leche
2 huevos
una cucharadita de vainilla líquida
1 pellizco de sal
Elaboración
Trituraremos el azúcar para que nos quede muy fina y no encontremos granos grandes en las galletas.
Tamizaremos la harina y la levadura.
Pondremos encima del mármol la harina tamizada y dejaremos un hueco en medio, formando un volcán.
En medio pondremos 1 huevo, la leche, la mantequilla, el azúcar, la vainilla y el pellizco de sal.
Iremos mezclando todos los ingredientes con las manos y lo iremos amasando hasta que nos quede una masa fina y blanda.
Formaremos una bola y la envolveremos con papel film, dejándola reposar durante 30 minutos en el frigorífico para poderla trabajar mejor.
Precalentaremos el horno a 180ºC. con el programa arriba y abajo.
Pasado este tiempo, extenderemos la masa encima del mármol enharinado y la iremos estirando con el rodillo.
La masa no tiene que quedar ni muy fina, ni muy gruesa.
Con un cortapastas de forma de corazón las iremos cortando y depositándolas encima de una bandeja con papel de hornear.
Las pincharemos con un tenedor para hacerles un dibujo.
Con el otro huevo las iremos pintando, para que nos queden doradas.
Las introduciremos en el horno durante 15 minutos.
Si nos gustan un poco más doradas, las podemos gratinar durante 3 minutos.
Si no nos caben todas las galletas de una sola vez, las iremos horneando por turnos.