Una crema muy refrescante, ideal para cuando empecemos a sentir los rigores del calor veraniego. Además de su fino sabor, tenemos la aportación aromática y de sabor de la menta.
Ingredientes
1 kg. de pepinos.
1 cebolla grande.
20 gr. de mantequilla.
2 dl. de nata.
unas hojas de menta fresca.
1 vaso de agua mineral.
cebollino.
sal.
pimienta negra molida.
Elaboración
Limpiaremos los pepinos y los cortaremos en el sentido longitudinal, eliminado la parte interior de las pepitas; los trocearemos menudos, reservando una tercera parte, más o menos.
Rallaremos 1 cebolla muy fina y la reservamos.
En una cazuela pondremos la mantequilla. Una vez caliente, incorporaremos la cebolla, sin dejar de remover durante la cocción, a fuego muy lento, hasta que se nos transparente (de 15 a 20 minutos), sin dejar que se nos dore.
Cuando esté la cebolla cocida, añadiremos la pulpa de pepino troceada.
La removeremos durante 5 minutos y luego verteremos el agua mineral.
Taparemos la cazuela, dejándolo cocer durante 15 minutos. Salpimentaremos y una vez terminada la cocción, lo pasaremos por la batidora.
Se deja enfriar la crema y luego la pondremos en la nevera, dejándola durante 1 hora.
Mientras tanto, picaremos unas hojas de menta, muy fina.
Montaremos la nata, procurando no dejarla demasiado fuerte y la mezclaremos con la menta picada.
Luego, incorporaremos la crema de pepinos, removiéndola bien.
Prepararemos 4 boles, colocando en el fondo, los pepinos troceados que hemos reservado, vertiendo sobre los mismos, la crema de pepinos.
Lo decoraremos con cebollino picado muy fino y unas hojas de menta.