No tengo palabras para definir este postre. Solo con ver la foto, ya vemos que debe ser extraordinario. Un helado de café, que haremos en un molde redondo, cubriéndolo con los bizcochos de soletilla, para que cuando lo desmoldemos, nos quede como base. Luego lo acabaremos con el soufflé hecho con las claras de huevo montadas a punto de nieve, en el horno. Este postre haremos el soufflé en el mismo momento que tengamos que servirlo.
Ingredientes
Para 6 personas
1/2 kg. de nata montada.
3 huevos.
200 gr. de azúcar.
3 cucharaditas de café soluble.
1/2 copita de coñac.
bizcochos de soletilla.
Elaboración
Batiremos las yemas de huevo con 150 gr. de azúcar, hasta que estén cremosas.
Les añadiremos el café soluble disuelto en el coñac y la nata montada, mezclándolo bien, con mucha suavidad, de forma envolvente.
Verteremos esta preparación en un molde redondo y la cubriremos con bizcochos de soletilla, dejándolo en el congelador, de 4 a 5 horas.
Cuando vayamos a servirlo, lo desmoldearemos sobre una bandeja de horno, cubriéndolo con las claras montadas a punto de nieve con el resto del azúcar, gratinándolo en el horno precalentado a 220ºC., durante unos minutos, hasta que nos quede ligeramente dorado.
Lo controlaremos vigilando a través del cristal del horno, ya que los soufflés no conviene abrir el horno, antes de que se acabe de formar.
Servir de inmediato.