Para elaborar este plato, partiremos siempre de una langosta fresca, aunque si queremos una versión más económica, podemos emplear una congelada. Mejor la primera. Para esta receta solo aprovecharemos el cuerpo. Una vez cocida, con mucho cuidado, retiraremos la cáscara y la cortaremos en rodajas, que después las cocinaremos con una salsa y el whisky.
Ingredientes
Para 4 personas
1 kg. carne de langosta cortada en trozos (langosta viva de más de 1 kg.)
1 taza de crema de leche
4 dientes de ajo
1 copita de miel
2 cucharadas de mantequilla
1 copa de whisky
1 lima (su zumo)
sal
pimienta negra recién molida
Para acompañar:
arroz blanco hervido
Elaboración
Coceremos la langosta viva en una cacerola grande en abundante agua con sal, con 2 l. de agua mineral y 60 gr. de sal (lo ideal sería cocerla en agua de mar), por espacio de 12 minutos (para una langosta de 1 kg.) agregaremos 1 minuto más por cada 100 gr. de peso mayor al kilogramo.
Sacaremos toda la carne y la cortaremos en rodajas del tamaño de un bocado. Con la cabeza, podemos guardarla para otra ocasión, en el congelador.
En una sartén derretiremos la mantequilla y cuando esté caliente freiremos los dientes de ajo triturados finamente durante unos segundos o hasta que empiecen a dorarse.
En este punto, y manteniendo la sartén a fuego alto, colocaremos la carne de la langosta en la sartén y le añadiremos la miel, (la suficiente, para que la miel cubra todos los pedazos de la langosta), dejándola cocinar durante unos segundos, moviendo bien la sartén, hasta que la miel empiece a caramelizarse (unos 20 segundos).
En este momento añadiremos el zumo de lima, mezclándolo y que arranque el hervor.
Le añadiremos 1 copa de whisky y la flamearemos.
Mientras el whisky está quemándose, lo espolvorearemos con la pimienta negra recién molida, de forma que el fuego queme la pimienta en el aire antes de caer a la sartén.
Al apagarse el flameado, le agregaremos la crema de leche para formar la salsa y un poco de sal.
Montaremos el plato, poniendo en el centro de una fuente redonda el arroz blanco y a su alrededor las rodajas de langosta con su salsa.