Si queremos degustar unos mejillones, con otro sabor agradable, veréis en esta receta, como lo logramos. Los abriremos junto con el vino blanco y la cebolla. Después, con el caldo colado haremos una salsa con la maicena y la mantequilla, con la que los regaremos, rematándolo con las avellanas picadas espolvoreadas por encima, acabando el plato en el horno.
Ingredientes
Para 4 personas
1,5 kg. de mejilllones grandes.
1 vaso de vino blanco seco (200 ml.).
1 cebolla grande.
180 gr. de mantequilla.
1 cucharada de maicena.
200 gr. de avellanas picadas.
zumo de limón.
perejil picado.
sal.
pimienta negra molida.
Elaboración
Limpiaremos bien los mejillones.
Pelaremos y picaremos finamente la cebolla y la coceremos en una cazuela con el vino blanco, durante 10 minutos.
Incorporaremos los mejillones, los salpimentaremos y los dejaremos cocer, a fuego vivo, con la cazuela tapada, hasta que se abran los mejillones.
Los retiraremos del fuego y les retiraremos una de sus valvas.
Colaremos el caldo, poniéndolo en un cazo, calentándolo hasta que hierva, le agregaremos 1 cucharada de maicena y otra de mantequilla, mezclándola bien. Cuando arranque el hervor, lo retiraremos del fuego.
Añadiremos el resto de la mantequilla, cortada trocitos, unas gotas de zumo de limón y el perejil picado, batiéndolo todo bien.
Pondremos los mejillones en una fuente refractaria.
Los regaremos con la salsa y los espolvorearemos con las avellanas picadas.
Los introduciremos en el horno precalentado a 200º C. durante 5 minutos.
Servirlos calientes en la misma fuente.