La primera vez que pude deleitar este postre, fue en un restaurante del Puerto de Soller, Mallorca. Es tan sencillo como elabora primero unas delicosas natillas a las que le incorporaremos, unos merengues bien consistentes. La mezcla de ambos lo hace insuperable.
Ingredientes
1 l. de leche.
3 huevos.
1 ramita de canela.
1 trozo de piel de limón.
6 cucharadas soperas de azúcar.
3 cucharadas de maizena.
Elaboración
En un cazo, pondremos la leche a hervir con la canela, la piel de limón y el azúcar, dejándola hervir, a fuego suave, durante 15 minutos, para que coja bien el sabor de la canela y el limón.
Pasaremos la leche por un colador.
En un bol, desleiremos la maizena con un poco de leche fría y le añadiremos las yemas de huevo, removiéndolas bien, hasta que estén bien integradas.
Colaremos esta preparación y la añadiremos a la leche.
Pondremos el cazo, a fuego lento, y sin dejar de que hierva, la iremos removiendo con una cuchara de madera, hasta que empiece a espesar.
Verteremos las natillas en un recipiente de cristal y las dejaremos enfriar. También podemos verterla en copas de postre individuales.
Montaremos las claras de huevo a punto de nieve fuerte con azúcar.
Con las claras montadas, haremos montoncitos con una cuchara, repartiéndolas por encima de las natillas.
Las reservaremos en la nevera, hasta el momento de servir