Aunque en principio, por el título pare ce que sea un postre, no lo es. Es un entrante muy gratificante y sabroso, elaborado con un arroz con leche, al que solo lo coceremos sin aportarle aroma ni dulzor, que nos completará el relleno tan exquisito que emplearemos.
Ingredientes
Para la pasta:
200 gr. de harina.
2 cucharadas de aceite de oliva.
agua mineral (la necesaria).
sal.
1 huevo batido (para pintar).
Para el relleno:
800 gr. de calabacines.
1 cebolla grande.
800 gr. de arroz.
300 ml. de leche.
2 huevos.
60 gr. de queso parmesano rallado.
aceite de oliva.
sal.
Elaboración
Limpiaremos los calabacines y los cortaremos en trozos pequeños.
Pelaremos y cortaremos en láminas la cebolla.
Lo sofreiremos en una sartén con 5 cucharadas de aceite de oliva, durante 15 minutos, a fuego suave.
Coceremos el arroz con la leche, hasta que ésta se haya evaporado (unos 20 minutos).
En una cazuela grande, podremos los calabacines, la cebolla, el arroz, el queso parmesano rallado y los huevos, sazonándolo con sal y mezclándolos bien, todos los ingredientes, teniendo listo el relleno.
Amasaremos la harina con el aceite, la sal y el agua necesaria, para obtener una pasta blanda y elástica.
Dividiremos la pasta en 2 partes y la extenderemos con el rodillo, para obtener un grosor de 1 mm.
Con una de las láminas forraremos el fondo y los laterales de un molde redondo engrasado.
Pondremos el relleno en su interior y lo cubriremos con la segunda lámina, uniendo bien los bordes, formando una especie de rizo.
Lo pintaremos con huevo batido y pincharemos el centro con la ayuda de un tenedor, para que salgan los vapores.
Lo introduciremos en el horno precalentado a 200ºC., hasta que esté dorado (unos 10 minutos).
Lo podemos consumir tibio o frío.