Fantástico primer plato, que tendremos con este exquisito pastel de rape, un pescado, que nunca me canso de repetir el delicioso sabor de sus carnes. Elaboraremos este pastel manteniendo los filetes enteros, los cuales nos quedarán cubiertos con el resto de la preparación, para que nos quede básicamente en el centro del pastel. Para terminar lo acompañaremos con una suave salsa tártara. Un plato ideal para estos días tan calurosos que hemos tenido.
Ingredientes
1 kg. de cola de rape.
1 l. de caldo de pescado.
6 huevos.
200 ml. de nata líquida.
100 ml. de crema de marisco.
30 gr. de mantequilla.
1 paquete de ensalada variada.
1 limón.
sal.
pimienta negra molida.
Para la salsa tártara:
3 ramitas de eneldo.
4 ramitas de cebollino.
1/2 cebolla pequeña.
4 pepinillos pequeños.
1 cucharada de alcaparras.
225 ml. de salsa mayonesa.
Elaboración
Pediremos a nuestro proveedor habitual que nos saquen 2 lomos de la cola de rape, sin la espina central y la piel.
Prepararemos este plato el día anterior.
Calentaremos el caldo de pescado en una olla, cuando arranque a hervir pondremos el pescado, dejándolo cocer durante 1 minuto.
Apagaremos el fuego y lo dejaremos enfriar, dentro de la olla.
Sacaremos los filetes de rape de la olla y los pondremos sobre una rejilla de manera que nos se nos curven, dejándolos escurrir durante 4 horas.
Mientras tanto, prepararemos la salsa tártara, picando el cebollino y el eneldo, la cebolla, los pepinillos y las alcaparras, todos ellos bien picados.
Los mezclaremos en un bol con la salsa mayonesa, tapándolo con papel film, y guardándolo en el frigorífico.
Calentaremos el horno a 180ºC.
Batiremos los huevos en un bol grande con un poco de sal y pimienta negra.
Sin dejar de batir, añadiremos la nata líquida y la crema de marisco.
Engrasaremos un molde rectangular con mantequilla, colocando los 2 filetes de rape en su interior, añadiendo la mezcla de los huevos, nata y crema de marisco.
Lo introduciremos en el horno al baño María, dejándolo cocer durante 35 minutos.
Para verificar si está hecho, clavaremos la punta de un cuchillo, éste debe salir húmedo y sin grumos.
Lo retiraremos del horno, dejándolo enfriar en la nevera toda la noche.
Al día siguiente lo retiraremos de la nevera y lo serviremos acompañado de la salsa tártara que hemos reservado, con la ensalada y unas rodajas de limón.