Hoy vamos a empezar con un pastel, si, si, de entrante. Es saldado y su textura es muy cremosa. Igual lo podéis comer tibio o frío, aunque a mi me gusta más frío, se aprecian más los sabores.
Ingredientes
300 gr. de harina.
3 cucharadas de agua fría.
1 cucharadita de sal.
pimienta negra molida.
150 gr. de mantequilla.
200 gr. de requesón.
100 gr. de queso parmesano rallado.
3 huevos.
pan rallado.
Elaboración
Precalentaremos el horno a 200º C.
Mezclaremos la harina con la sal y 1 pizca de pimienta negra molida.
Incorporaremos 100 gr. de mantequilla ablandada, a trocitos y 3 cucharadas de agua fría. La amasaremos con las manos.
Una vez obtenida una pasta blanda, la dejaremos reposar, durante 1 hora a temperatura ambiente.
Trabajaremos bien el requesón con un tenedor, mezclándolo con el queso parmesano rallado, la mantequilla restante, disuelta al baño María y las 3 yemas de huevo, incorporadas de una en una.
Finalmente agregaremos las claras de huevo montadas a punto de nieve, con mucha delicadeza y de forma envolvente.
Cogeremos la masa que habíamos reservado, con el rodillo la extenderemos dándole un grosor de 2 mm. y con ella forraremos el molde para tartas engrasada con mantequilla y espolvoreada con pan rallado.
Verteremos encima la mezcla de los quesos.
Alisaremos la superficie y lo adornaremos con las tiras de pasta que nos hayan sobrado de los recortes.
Introduciremos el molde en el horno, dejándolo cocer, durante 45 minutos.