El otro día se me presentó un amigo a comer y quise obsequiarle con un
entrante que sabía que a él le iba a gustar, bueno, a mi también, era la
excusa. Generalmente las acostumbramos a comer en lugares de tapas.
Ingredientes
4 patatas grandes
1/2 l. de aceite de girasol
sal
Para hacer la salsa:
200 gr. de tomates triturados
3 ajos
2 cucharadas de harina
1 chorro de brandy
1 chorro de vinagre de vino
1 chorro de vinagre de Módena
1 guindilla de Cayena
1 poco de pimentón rojo
1 poco de pimienta negra molida
2 cucharadas de mayonesa
aceite de oliva
sal
Elaboración
Cocer las patatas sin pelar en agua con sal, en una olla a presión durante 5 minutos, si son en olla normal, se hierven durante 15 a 20 minutos. Dejarlas enfriar en una escurridera.
Mientras hacer la salsa, poniendo un poco de aceite en una sartén, dorando los ajos machacados.
Cuando empiecen a tomar color, añadir las 2 cucharadas de harina, dándoles unas cuantas vueltas, incorporando la guindilla de Cayena y el tomate, dejando que hada un chup chup.
Flambear con el brandy.
Cuando se evapore, añadir un poco de pimienta negra y pimentón rojo, dándole unas vueltas.
Incorporar el vinagre de vino y el vinagre de Módena, sazonar un poco y dejarlo reducir durante 3 o 4 minutos, a fuego lento.
Dejar que se enfríe un poco y añadir las 2 cucharadas de mayonesa.
Como las patatas ya estarán tibias, pelarlas y cortarlas a trozos irregulares.
Poner una sartén con abundante aceite de girasol y freír las patatas; dejarlas escurrir sobre un papel de cocina absorbente.
Servir las patatas en una fuente de y la salsa en un bol, o repartir por encima de las patatas.